EL LUGAR DE LA INVESTIGACION EN EL CURRICULO[1]
Ponente: Alejandro Alvarez Gallego.
Profesor Universidad Pedagógica Nacional
El punto de
partida
La preocupación que hay en el ámbito universitario por
fortalecer la actividad investigativa pasa por resolver la manera como se
concibe el currículo, sea cual sea la carrera profesional. Solamente en los
escenarios donde se puede dar el debate abierto, la discusión, la sustentación
de diferentes hipótesis y la confrontación, solamente en estos espacios
académicos es posible resolver preguntas como estas, y cuando estas condiciones
se dan ya estamos empezando a investigar, o por lo menos a crear condiciones
para la investigación. Esta, definitivamente es la única posibilidad de avanzar
en esa búsqueda.
Sociedad y
conocimiento
Comencemos haciéndonos una pregunta acerca de la
investigación y la importancia que se le esta dando en estos últimos tiempos.
En las Universidades Colombianas hay un remezón que se está sintiendo como
parte de un movimiento mundial y es el replanteamiento de sus estructuras, de
su función en relación con la enseñanza, lo cual pasa por el problema de la
investigación.
La universidad, como fue concebida desde hace dos siglos,
esta siendo puesta en cuestión. La universidad Napoleónica, que es uno de los
modelos de universidad que nosotros copiamos, esta replanteando su función
fundamental a partir de la pregunta por la investigación y la producción de
conocimiento en un momento en el que parece que el conocimiento se esta
convirtiendo en uno de los factores determinantes del Desarrollo o si se quiere
llamar de otra manera, en uno de los factores del Desarrollo Capitalista, o si
se quiere todavía ser mas explícitos, en uno de los factores determinantes de
la acumulación capitalista. En todo caso, desde diferentes ángulos se concluye
que el conocimiento hoy esta ocupando un lugar estratégico en los cambios
sociales, económicos y políticos de la sociedad contemporánea.
El lugar estratégico del conocimiento tiene que ver con las
nuevas formas de competitividad que esta demandando el desarrollo capitalista,
sobre esto hay consenso mas o menos
generalizado.[2]
Esta precisión nos sirve para recordar que cuando se habla
de sociedad del conocimiento no se
trata solamente de la recuperación de una condición humanizadora, de pensar una
sociedad mas culta y mas sabia. Los ecos que nos llegan a través de la prensa,
los medios de comunicación, incluso de la literatura especializada, a veces no
nos permiten entender el contexto en el que se produce este fenómeno. De otra
parte los cambios que vivimos son bastante azarosos y bastante rápidos, lo cual
nos impide tomar la distancia suficiente para darnos cuenta de las dimensiones
y de las direcciones de estos cambios.
La relación que tiene la llamada sociedad del conocimiento
con el modelo de desarrollo capitalista nos ubica en la razón de ser del nuevo
discurso. La literatura contemporánea sobre Desarrollo y sobre educación nos
están planteando que los niveles de competitividad que hoy demanda un mercado
abierto como el que se ha configurado desde hace algunos años en el mundo
entero, ya no dependen tanto de la cantidad de mano de obra, ni de las materias
primas, ni siquiera de la cantidad de capital físico, sino sobre todo de la
cantidad de conocimiento incorporado a la mercancía; es decir, que una
mercancía en esta sociedad de mercado de altos niveles de competitividad y de
una dinámica económica muy velozmente cambiante esta haciendo que posicionar
cualquier producto en el mercado dependa de la capacidad que tenga ese producto
de capturar la demanda en relación con lo original que sea el producto.
Esta es la sociedad del mercado llevada a sus limites, en
donde lo que se consume fundamentalmente es lo nuevo, lo que llega como
novedad: hace cuarenta años la misma marca y el mismo estilo de tenis los había
tenido el papá, el hijo y el nieto, ahora el niño o adolescente en pocos años
alcanza a usar varios modelos de tenis, sustancialmente diferentes. ¿cómo una
planta de producción, puede acomodarse en tan poco tiempo para transformar esos
modelos?, lo que esta exigiendo el mercado es una capacidad instalada altamente
flexible para poder responder a esas demandas, pero sobre todo, necesita una
mano de obra altamente creativa; los trabajadores del sector real de la
economía que produce bienes materiales, debe estar capacitada para cambiar
permanentemente y adecuarse a estos cambios, para responder muy rápidamente a
la demanda, lo cual requiere altas dosis de creatividad.
Lo que se incorpora en el producto que se está posicionando
en el mercado es diseño, un concepto propio de la economía que se convierte en
valor agregado; este es el nuevo nombre del conocimiento, entendido como
aquello que introduce la novedad, aquello que modifica el producto
substancialmente al punto de hacerlo competitivo, hacerlo atractivo para el
mercado. Ya no se compite con bajos precios; para poder competir con bajos precios
había que resolver el problema por la vía del trabajo: bajos salarios o una
proporción mas alta de tecnología en relación con la mano de obra. Actualmente
esas relaciones existen, esos factores cuentan, esas variables entran en juego,
pero fundamentalmente lo que determina en la macroeconomía los mejores y mas
altos niveles de competitividad, es el conocimiento incorporado en las
mercancías.
Esto le esta demandando a la educación un replanteamiento.
Las teorías del capital humano habían dicho que era muy importante la educación
para garantizar el desarrollo social y económico.[3] En estas teorías del
desarrollo se planteaba la necesidad de ampliar la cobertura escolar, era
necesario masificar la educación para mejorar las condiciones de vida de la
población. La educación beneficia el trabajo, este a la economía y esta el
nivel de vida de la población, cerrándose así el ciclo; en síntesis, a mas
educación mas desarrollo, según las teorías de los años cincuenta.
La diferencia con lo que se está planteando ahora es que ya
no es cualquier educación la que se requiere, no es simplemente escolaridad, no
es simplemente cobertura, no es simplemente alfabetización básica, no basta con
expandir la educación básica a toda la población, es la esencia misma de la educación
la que debe cambiar. Lo que se plantea en las nuevas teorías del capital humano
es que la capacidad que tenga el sistema educativo de despertar y desarrollar
las competencias creativas, depende la posibilidad de formar aquella población
que ha de adecuarse a las nuevas condiciones de la economía.
Se necesita una educación para la creatividad y para eso se
necesita un sistema flexible, menos rígido, menos dogmático, menos autoritario,
en donde se puedan formar las competencias que tengan que ver con la
creatividad, con la capacidad de tomar decisiones, con la capacidad de resolver
problemas, con la capacidad de imaginarse alternativas sugestivas y
sofisticadas, lo que haría posible
responder a este nuevo modo de producción capitalista.
Ciencia y Sociedad
Ahora quisiera introducir una pregunta y si se quiere una
duda. Si pensamos en las repercusiones que tiene esto sobre países como los
nuestros surgen algunos interrogantes, ¿qué significa hablar de una sociedad de
conocimiento? o ¿de qué conocimiento estamos hablando? A veces nos
entusiasmamos muy rápido cuando conocemos un nuevo discurso. Nos hemos hecho
voceros muy rápidamente de la llamada era del conocimiento y nos hemos puesto a
trabajar para ella; la duda es útil para hacer unas preguntas que nos lleven a
tomar esto con cierto beneficio de inventario, porque podemos confundir
conocimiento con información muy fácilmente.
Tendríamos que diferenciar distintos tipos de conocimiento y
aceptar que hay un conocimiento de punta, un conocimiento que jalona las
revoluciones tecnológicas que esta de alguna manera determinando la forma como
socialmente se producen, se distribuyen y se consumen, productos físicos,
culturales e ideológicos; ese conocimiento, obviamente, esta mas ligado a los
países del norte. Vamos a explicar esto desde el punto de vista de lo que ha
sido la evolución de la ciencia en los últimos años.
Ya no se acepta un metalenguaje científico como sucedía hace
50 años, antes de la segunda guerra mundial; en esa época había un acuerdo acerca
de unos paradigmas que ordenaban el modo de hacer ciencia, había una aceptación
en los diferentes campos disciplinarios de una forma de acceder al
conocimiento, independientemente de cual fuera el área de especialización. Eso
es lo que llamaríamos un metalenguaje científico. En su mejor época el
positivismo cumplió esa función; desde mediados del siglo XIX se constituyó en
un lenguaje con el cual se podía comunicar cualquier científico;
independientemente del campo disciplinario desde el cual se hablara, se
trabajaba con unas premisas fundamentales en torno a las cuales había acuerdo;
por ejemplo, sobre la manera de obtener las pruebas de veracidad para hacer una
demostración, había un consenso y casi toda las disciplinas aceptaban esas
reglas del juego; de manera que era fácil comunicarse en el mundo de la ciencia
entre unos y otros especialistas acerca de los instrumentos o los mecanismos
para allegar esas pruebas; para conseguir la verificación que se requería, para
demostrar una hipótesis. había mas o menos un consenso; se trataba de
instrumentos similares que le servían a la ciencia y por eso se podía hablar de
La Ciencia, con mayúscula.
También había un consenso sobre la forma como se enseñaba la
ciencia, sobre la socialización, sobre la transmisión de la ciencia; el acuerdo
suponía que una vez que se alcanzaban a demostrar ciertas hipótesis,
inmediatamente era objeto de socialización, por eso el conocimiento de alguna
manera era transmisible, como quien pasa un objeto de una mesa a otra, es
decir, una vez que es producido en el laboratorio o en el escenario de
investigación, hay que llevarlo al conocimiento de la sociedad, de la comunidad
científica en primer lugar, pero inmediatamente a la sociedad y eso se hacía
trasladando el objeto del conocimiento (lo que se había descubierto, lo que se
había producido) a la conciencia de las personas legas en el asunto. En eso
consistía la enseñanza, en trasladar un producto del conocimiento a la mente de
otras personas dejándolo intacto; esa era la función de la escuela y de la.
Universidad. El conocimiento se producía en los laboratorios y se transmitía en
las aulas universitarias o escolares, ese era el metalenguaje pedagógico, en
torno al cual también había consenso.
Actualmente se ha roto esa unidad de discurso y han surgido
lenguajes distintos para explicar el mismo fenómeno, creando así nuevos objetos
para el conocimiento de la ciencia y de la pedagogía[4].
Lo que tenemos hoy en día es una fragmentación, una
dispersión, y una diferenciación marcada en los
modos de hacer ciencia, en los instrumentos utilizados para obtener las
pruebas y en las formas de socialización de estos conocimientos. Esa dispersión
y esa diferenciación ya no es obstáculo para el desarrollo de la ciencia porque
la comunidad científica acepta que cada quien puede tener su propio lenguaje,
su manera particular de construir el objeto de conocimiento, de probar la
validez de una hipótesis y de socializarlo[5].
Ahora bien. esto no fue fácil, pues supuso varias décadas de
discusiones epistemologías y metodológicas intensas. Obviamente esto tiene
repercusiones fuertes sobre la enseñanza
y sobre la socialización del conocimiento pero sobre eso vamos hablar al
final.
La primera diferencia en el modo de hacer ciencia se refiere
a la manera como se allegan las pruebas hoy en día. Ya no dependemos de los
sentidos para acercarnos a lo que llamaríamos la realidad; sea cual sea el
campo disciplinar, se ha trascendido la dimensión corporal. En este campo la
relación de dependencia entre ciencia y tecnología se ha invertido, porque la
segunda ha producido los aparatos que hacen las veces de extensiones de nuestro
cuerpo, hiperdesarrollando ciertas funciones del cuerpo humano,
especializándolas y convirtiéndolas en aparatos. De esa manera la tecnología va
a determinar el conocimiento que la ciencia pueda crear.
Para graficar un poco lo que pasa con la ciencia veamos cómo
en la vida cotidiana andamos conectados con una cantidad de aparatos (desde el
celular, el bipper y el portátil) que extienden las funciones de los sentidos
con los cuales antes nos bastábamos, hoy estos aparatos cumplen unas funciones
especializadas.
En el campo científico los aparatos son cada vez mas
sofisticados, extienden ciertas funciones y aumentan la capacidad de recoger
información, disminuyendo así la energía que se invierte en ese ejercicio. La
tecnología cumple aquí el papel de hacer eficiente la ciencia, aumentando los
outputs y disminuyendo los imputs; se aumenta la cantidad de información que se
puede recoger y con los aparatos se disminuye la cantidad de energía que se
gasta en ello. La performatividad en la ciencia es lo que esta determinando hoy
el modo de conseguir la información, de allegar las pruebas para poder
verificar, contrastar o demostrar una hipótesis.
Ahora bien, esto tiene unas limitaciones porque esos
aparatos desarrollan unas capacidades propias de alguno de nuestros sentidos,
pero de alguna manera los limitan; el aparato esta programado para recoger
cierto tipo de información, de cierta manera y para incorporar esa información,
pero no puede extenderse mas allá de lo que esta programado; puede hacerlo más
rápido, puede hacerlo con mas eficiencia, puede hacerlo desbordando incluso la
capacidad de nuestros propios sentidos, pero tiene esa limitación. Coloquemos
el ejemplo del computador: este acelera y agiliza la posibilidad de manipular
datos, de procesarlos, de cruzar información infinitamente, nos intensifica esa
facultad, pero aquello que no puede ser codificado por el aparato no entra, no
puede procesarse, nada que desborde la capacidad del aparato puede ser
procesado o tenido en cuenta. Allí hay una limitación propia del modo de hacer
la ciencia contemporánea.
Esto nos genera un segundo problema y es que mientras más
performativa la ciencia, mas recursos económicos se necesitan; mientras más
eficiencia se quiera en términos de imputs y outputs, mientras mas racionalidad
se requiera, mas dinero se necesita, porque los aparatos deben ser mas
sofisticados. El efecto que se desencadena es el de la progresión geométrica:
mientras mas dinero, mas capacidad de producir conocimiento, mientras mas
conocimiento se produce, mas beneficios económicos. He allí la razón por la
cual cada vez se hace mas difícil que los países que estamos metidos en la
lógica del Desarrollo desde el subdesarrollo, alcancemos algún día a tener
igualdad de condiciones en las relaciones de intercambio mundial. Allí vemos la
estrecha relación existente entre producción de conocimiento y bloques
económicos, entre control de la macroeconomía y control de la ciencia.
Mientras más sofisticados queremos que sea la
infraestructura que está desarrollando cierto campo de conocimiento, mas
recursos se necesitan, pero tal inversión se justifica porque mejora los
índices de rentabilidad económica. Este fenómeno ha producido un efecto que
tiene que ver con la separación entre la investigación aplicada y la
investigación básica; la investigación aplicada es la que nos produce mayor
rápido rentabilidad económica, porque se puede incorporar mas rápidamente a la
economía y por lo tanto al mercado. La investigación básica, en cambio, es una
inversión que se hace para producir efectos a largo plazo. De esta manera se ha
hecho ciencia en el marco del desarrollo capitalista.
La investigación básica produce nuevos paradigmas que van a
tener efectos sobre la producción de nuevas tecnologías y nuevas técnicas y
abrirá nuevos campos de investigación, nuevos objetos, nuevos métodos o nuevos
enfoques que van hacer obviamente apropiados por otro tipo de investigación
aplicada. Por esta razón se necesitan espacios de tiempo mas largos.
Universidad y
Ciencia
Esta separación entre investigación aplicada e investigación
básica ha traído como consecuencia que la investigación haya salido de la
universidad.
Fundamentalmente quienes están invirtiendo en la
investigación científica son grupos económicos que han creado sus propios
centros de investigación, incorporados a su planta de personal; los centros de
investigación aplicada y básica tienen su propia infraestructura, su propia
dinámica, su propio régimen laboral, sus propias reglas de juego y producen
para ellos mismos. Esto trae obvias repercusiones sobre la universidad y la
enseñanza.
Antes el conocimiento que se producía a partir de la
investigación se trasladaba a las aulas tal como se producía en el laboratorio
(utilizando la metáfora del laboratorio para hablar de cualquier escenario
donde se produzca conocimiento). Aquí ese paso ha quedado interrumpido por la
dificultad que tiene la universidad de competir con los centros de
investigación controlados por las empresas. Al salir la investigación de la
universidad se ha dejado a ella exclusivamente la función de la enseñanza; la
universidad se ha convertido en una institución fundamentalmente
profesionalizante, es decir que lo único de lo que se ocupa es de formar los
profesionales que requiere el sistema, que requiere el mercado y los diferentes
escenarios sociales, pero su razón de ser, su función social ya no esta
centrada en la investigación. La escisión entre ciencia y enseñanza le está
creando graves problemas a las universidades porque quienes producen
conocimiento ya no son los docentes, con lo cual la pregunta por la
socialización de la ciencia se ha vuelto un asunto meramente formal. La
enseñanza ha perdido su referente epistemológico.
Es cierto que la universidad no siempre ha estado
comprometida con la investigación. La historia de la universidad nos muestra
unas diferencias marcadas entre lo que fue la tradición francesa, la tradición
Inglesa, la tradición Alemana o la tradición Norteamericana, entre ellas hay
matices y diferencias. Es cierto también que la universidad Napoleónica fue
fundamentalmente una universidad profesionalizante, pues lo que se propuso fue
formar los funcionarios que necesitaba el imperio y en parte ese fue el modelo
que nosotros copiamos con los padres de la patria, muy allegados y muy adeptos
de las ideas de la República. La investigación debía servirle al poder y no a
la verdad.
Sin embargo la influencia de otros modelos abrió el campo de
la investigación en nuestras universidades. No es posible hacer esa historia en
ese momento, lo cierto es que cada vez mas esos ámbitos investigativos de la
universidad pierden la posibilidad de competir con los otros que están ligados
y vinculados a los grupos económicos.
Un segundo problema es que hay universidades dedicadas
fundamentalmente a formar una elite intelectual capaz de producir el
conocimiento de frontera en esos centros especializados que van a estar
ubicados en otro lugar. Existe una jerarquía que no surgió espontáneamente, ni
fue creada por el mercado, fue de alguna manera requerida por la diferenciación
social, por la división del trabajo propia de nuestras sociedades.
Otra consecuencia que tiene esta escisión es sobre la didáctica
y la pedagogía universitaria. De alguna manera el profesorado empieza a ser
también suplantado por estas nuevas tecnologías que hacen mas eficiente la
distribución del conocimiento, mas eficiente en términos de mayor impacto, de
mayor cobertura, de lograr formas de comunicación mucho mas sugestivas, mucho
mas impactantes que la presencia del profesor.
Así la universidad empieza a verse cuestionada por la
cantidad de tecnología incorporada a la enseñanza en relación con la cantidad
de horas- profesor invertidas.
Investigación
y currículo
Teniendo en cuenta éstos planteamientos tenemos que
reconocer que la pregunta por el lugar de la investigación en el currículo es
una pregunta por la relación entre la producción científica y su enseñanza; es
decir, que el lugar que debe ocupar la investigación en el currículo, es un
problema fundamentalmente pedagógico. Las nuevas formas de producción de
conocimiento repercuten sobre las practicas pedagógicas universitarias. Claro
que también hay un problema sociológico, es decir hay unas relaciones de poder
en juego y hay un problema económico de por medio, pero también hay un problema
pedagógico que en todo caso hay que intentar resolver.
Si tenemos la intención de hacer del currículo un espacio
para la investigación tendríamos que crear ciertas condiciones para ello. El
planteamiento que quiero hacer es éste: el currículo no puede ser la razón de
ser de la labor docente, el currículo puede ser -esto puede sonar a herejía,
pero voy a tratar de sustentarlo- un problema de la administración; el
currículo es un asunto operativo. Si lo queremos entender como un lugar
atravesado por la investigación, el currículo no necesariamente tiene que ser
lo que defina el lugar del profesor en el programa académico que se ofrezca. Desde
que sucedió la escisión del conocimiento y la enseñanza, la universidad que se
dedicó a la profesionalización, obviamente no tuvo mas que hacer con sus
profesores que vincularlos al currículo: esto es, darles materias (carga
académica).
El currículo se convirtió en una lista de materias colocadas
en orden con cierta lógica, según ciertas concepciones acerca del aprendizaje
que suponen que para poder conocer algo se deben tener pre-requisitos. En rigor
de allí viene la concepción de currículo: Currículo se entendió como el
ordenamiento y la secuencia de una serie de contenidos.
Para superar esto y acercarnos a una universidad que
articule investigación y currículo, tendríamos que hacer una separación entre
los profesores, el plan de estudios y los estudiantes. Para poder esclarecer la
relación que hay entre ellos debemos metodológicamente separarlos, veamos:
La investigación depende de los profesores, pero ella no se
hace en función del programa sino al revés, el programa se organiza en función
de la investigación de los profesores. Esta lógica está sustentada en el viejo
principio que integraba investigación y docencia y que suponía que sólo se
puede enseñar lo que se investiga, por eso bajo este esquema la escisión de la
que hemos venido hablando sería superada (teniendo en cuenta los factores
sociológicos y económicos también, obviamente). El supuesto parece obvio, pero
no es el que orienta nuestras prácticas pedagógicas. Debemos insistir por eso
que solamente es posible socializar aquello que hace parte de una búsqueda, de
una indagación, de unas preguntas. Claro que también se puede enseñar algo que
no se ha investigado, algo que se ha documentado a partir de la información
disponible, solo que ahí, es donde la labor del profesor puede ser reemplazada
por las nuevas tecnologías.
Ahí es donde le encontraríamos razón a cualquier
administración universitaria que plantee, en términos de eficiencia, que puede
salir mucho más económico utilizar cierto tipo de aparatos que contratar
profesores, o de contratar catedráticos en vez de nombrar profesores de planta.
Si de lo que se trata es de hacer llegar información, si se trata de permitir
el acceso a cierta información, no se necesitan docentes de planta, otros lo
pueden hacer incluso a veces con menos ruido. Si de eso se trata, puede ser
importante la mediación de un profesor, pero quizás sea más importante si se
trata de socializar la información que está producida en otro lugar, que se
acceda inmediatamente a ella.
Desde la otra perspectiva es distinto porque el profesor
socializa fundamentalmente lo que investiga, no la información. Cuando esto
sucede hay una búsqueda y en ella siempre hay un componente de novedad, que
hace imprescindible al autor. Es distinto cuando un profesor se acerca a cierta
teorías con preguntas investigativas, a cuando se acerca simplemente para
enseñarlas; la relación con el estudiante es distinta. Bajo estas premisas, el
programa o el plan de estudios, tiene que estar compuesto fundamentalmente por
lo que el cuerpo profesoral investiga.
La estructura que organiza esto puede ser muy variada:
podemos hablar de líneas, de programas, de proyectos, de centros de
investigación entre otras muchas posibilidades; hay muchas figuras que se
pueden utilizar, existen diferentes maneras de organizarse para hacer
investigación, en ese sentido hay mucha flexibilidad. El currículo entonces lo
estaríamos concibiendo como un campo abierto de ofertas donde el estudiante
entra y organiza su propio programa, con una tutoría especializada. Aquí es donde
la administración del programa cumple una labor muy importante puesto que
orienta al estudiante en la organización de su plan de estudios, lo cual supone
una relación con el conocimiento, con sus propias búsquedas, sus propias
preguntas, es decir que allí comienza su propia investigación. El estudiante
entra a una carrera, pero la carrera no es una secuencia estricta y rígida de
pasos previamente establecidos de la cual no se puede salir, por el contrario
ella misma es una propuesta de investigación. .
La relación que se establece con los estudiantes cambia
porque el que se inscribe en un curso llega motivado por estar haciendo su
propio plan de estudios, porque esta haciendo su propia búsqueda.
La relación entre investigación y currículo se puede establecer
de esas dos maneras: porque el currículo esta organizado en función de la
oferta investigativa de la universidad y porque el estudiante lo organiza como
si fuera un proyecto de investigación. Armar un plan de estudios es de alguna
manera un ejercicio investigativo que tendría que ver con las propias
inquietudes, con la propia búsqueda del estudiante,
Esto tiene unas repercusiones complejas que implican
decisiones administrativas y que pasan por el contexto político y económico,
esto no lo ignoramos, porque estamos hablando de jornadas laborales, de
salarios, de una inversión, de una infraestructura, de una rentabilidad. Pero
hay unos márgenes de flexibilidad y de creatividad que hay que buscar; del
ingenio que se tenga para proponer currículos novedosos que incorporen la
investigación, también depende la respuesta a los retos que hoy enfrenta la
universidad.
[1]
El siguiente texto es una versión editada por el autor de la conferencia que
dictó en el II encuentro Nacional de Investigadores del Centro de Investigaciones
de la Universidad Luis Amigó.
[2]
Ver: CEPAL (1992). Educación y Conocimiento: eje de la transformación
productiva con equidad. Santiago de Chile.
[3]
Estas teorías surgidas
después de la segunda guerra mundial nos definieron como subdesarrollados; es
decir, adquirimos un nuevo estatuto en el orden mundial y pasamos a ser países
subdesarrollados, se estableció desde el discurso, una relación de dependencia
mucho mas marcada con los países del norte. Ver : Arturo Escobar: La invención del desarrollo en Colombia.
En Lecturas de Economía, N° 20. Medellín, Departamento de Economía y Centro de
Investigaciones Económicas, Universidad de Antioquia, mayo-agosto, 1986.
[4]
Dora Fried Schnitman (comp) (1994). Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad.
Paidos, Buenos Aires.
[5]
Entre otros autores, quien plantea de manera mas explícita estos argumentos es:
Jean-Francois Lyotard (1987): La Condición Postmoderna. Editorial Cátedra,
Madrid.
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